Las adicciones sexuales se producen tanto en hombres como en mujeres y se caracterizan por llevarte a sentir una necesidad permanente de mantener relaciones sexuales o de experimentar otras formas de placer sexual. La promiscuidad suele ser parte del conjunto, así como también la imposibilidad de controlar los impulsos que llevan a procurar ese contacto.
¿Por qué se producen las adicciones sexuales?
La adicción al sexo se produce debido a la producción de feromonas y endorfinas que la práctica sexual produce, sustancias a las que la persona se vuelve dependiente.
7 adicciones sexuales que afectan tanto a hombres como a mujeres
Las adicciones sexuales son muy variadas entre sí, ya que incluyen prácticas sexuales en mutua compañía, en solitario, presenciales y a distancia.
# 1 – Necesidad de mantener relaciones sexuales de manera constante
Este tipo de adicción sexual, la cual parece inofensiva a simple vista, nos sirve de indicador para diferenciar entre una conducta sexual activa y una adicción propiamente dicha. Hay personas que presentan una necesidad sexual mayor al común de la gente, y esto no es necesariamente una adicción.
Sin embargo, cuando esa necesidad se interpone en nuestra vida al punto que somos capaces de interrumpir lo que estamos haciendo, cancelar planes significativos y alterar nuestra vida social y familiar, por consumar relaciones sexuales con una frecuencia muy alta, entonces nos encontramos ante una de las adicciones sexuales que afectan tanto a hombres como a mujeres.
# 2 – Consumo de pornografía
El mero hecho de consumir pornografía no representa problema alguno. Esta modalidad de entretenimiento audiovisual, siempre que sea consumida y llevada a cabo por adultos y de manera consensuada, es una de las tantas prácticas sexuales habituales que se practican de forma saludable.
Sin embargo, cuando nuestra vida cotidiana se ve afectada por esta preferencia, entonces nos encontramos ante un comportamiento adictivo.
Algunas de las señales a prestarles atención son: preferir quedarnos en casa para consumir pornografía en vez de salir con amigos o incluso en una cita, necesitad de aumentar el grado de intensidad del contenido audiovisual debido a que el que solíamos mirar ya no nos excita y gastar dinero compulsivamente en contenido de pago, especialmente si ese gasto impacta de forma negativa en nuestra economía personal.
# 3 – Masturbación compulsiva
La masturbación es una práctica saludable que conduce al autoconocimiento. No obstante, cuando se convierte en una adicción, conduce a consecuencias negativas, ya que parte de un deseo irrefrenable de una autoestimulación permanente, lo cual nos aísla socialmente nos lleva a escalar nuestro comportamiento en la búsqueda de una mayor satisfacción sexual.
# 4 – Cibersexo
Consiste en destinar gran parte de nuestro tiempo libre, si no todo, a participar en sitios web destinados a ofrecer servicios sexuales a distancia, entre los que se destacan las actuaciones a través de una webcam. Además del tiempo empleado en esta actividad, otra alerta roja es el dinero invertido en estos servicios. Cuando los gastos en cibersexo nos generan problemas para lidiar con nuestras cuentas, hemos cruzado el umbral de las adicciones sexuales.
# 5 – Adicción a la prostitución
Durante mucho tiempo el público que consumía prostitución de manera exclusiva fueron los hombres. Sin embargo, esto ha cambiado en los últimos años, y las mujeres han pasado a contratar servicios sexuales, lo cual, al igual que en los hombres, les permite disfrutar de su sexualidad sin tener que dar explicaciones a su compañero sexual ni de verse involucrada en relaciones sentimentales que no desean.
El problema, tanto para hombres como para mujeres, es cuando esta práctica pasa de ser una diversión esporádica dentro de un gran conglomerado de actividades destinadas a la gratificación personal, para convertirse en una práctica compulsiva que condiciona nuestro comportamiento.
# 6 – Fantasías sexuales
Las fantasías sexuales en sí mismas resultan muy saludables en la vida sexual, en especial en parejas monógamas que llevan muchos años juntas. El problema se presenta cuando una propuesta divertida se convierte en una obsesión que no le permite a la persona concebir una relación sexual que no se encuentre revestida de los carices que su fantasía propone. En estos casos, quienes sufren de adicciones sexuales se muestran constantemente preocupados por materializar esas fantasías que surgen en sus mentes.
# 7 – Misofilia
Esta parafilia consiste en experimentar una fuerte excitación al tocar ropa interior con restos de fluidos. Cruza la barrera entre parafilia y adicción cuando se la practica de manera muy frecuente.
Curar las adicciones sexuales es posible
Como ocurre con las demás adicciones, al principio no las reconoces como tal. Tu instinto defensivo se activa al máximo y te muestras muy convincente al respecto de no tener ningún tipo de trastorno. Sin embargo, esto solo retrasa el retorno a tu bienestar, ya que las adicciones sexuales, lejos de desaparecer por sí solas, se intensifican con el tiempo. La mejor decisión que puedes tomar es iniciar una terapia con uno de nuestros psicólogos expertos en sexología. Agenda tu consulta hoy y vuelve a disfrutar de tu vida sexual en total plenitud.
