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Emociones: Qué son y cómo gestionarlas mejor

Las emociones están a la orden del día, podemos experimentar distintos tipos de emociones en función de las circunstancias. Percibimos ira, tristeza, emoción, sorpresa y mucho más a lo largo de la vida. 

Y parte de la relevancia de esto tiene que ver con el hecho de que algunas decisiones son tomadas desde un componente emocional. 

Entender cómo funciona esto y cómo gestionar mejor las emociones es algo clave para el desarrollo de la inteligencia emocional.  Aquí te contaremos detalles importantes al respecto. 

¿Qué son las emociones?

Esta definición es mucho más compleja de lo que se cree, porque todos entendemos a grandes rasgos lo que son las emociones, pero desde una perspectiva técnica quedan muchas dudas.

Las emociones se pueden definir como un conjunto de reacciones psicofisiológicas que surgen como respuesta a algunos estímulos externos. 

Por lo tanto, las emociones tienen la capacidad de cambiar nuestro estado de ánimo, a menudo por poco tiempo pero siendo experimentadas en gran intensidad. 

Asimismo, la respuesta emocional nos permite adaptarnos a situaciones en función de lo que ocurre en nuestro entorno. También facilita una adaptación al interactuar con otros o al manipular ciertos elementos.

Nuestros conocimientos al igual que las experiencias de vida que asumimos, forman parte de los elementos que nos permiten reaccionar a nivel emocional. 

Hoy en día aprender a gestionar las emociones y entender el porqué de ciertas conductas desde un componente emocional ayuda en el autoconocimiento.

Porque sí, muchas de las decisiones que tomamos no solo se basan en el contexto racional, sino también en un contexto más emocional.  

Las emociones se experimentan de forma única 

Aunque los seres humanos de forma innata pueden experimentar emociones, la intensidad de estas se valora de forma única. Esto nos permite apreciar que hay una experiencia subjetiva.

Un claro ejemplo de la respuesta emocional según lo subjetivo, es la reacción ante el duelo. Perder a un ser querido supone un proceso complicado y terriblemente doloroso. 

Aunque algunos pueden llorar de inmediato, otros tardan mucho más tiempo en sentir esa tristeza, en cambio experimentan una gran confusión. 

No hay un manual específico sobre cómo sentirnos ante diversas situaciones, y depende de algunos aspectos incluyendo al entorno. También es propicio indicar que no todos experimentan una emoción de la misma forma.

Por ejemplo, quienes experimentan la ira pueden actuar de forma impulsiva como una reacción inmediata, mientras que otros pueden actuar con un poco más de calma y actúan en función de la situación del entorno y no por un estímulo nervioso.

Reacción fisiológica

Cuando hablamos sobre qué son las emociones debemos valorar que hay tres componentes importantes; la respuesta subjetiva, la fisiológica y la conductual. 

En el caso de la respuesta fisiológica, se refiere a las reacciones físicas a menudo involuntarias que surgen de la emocionalidad. 

Por ejemplo, la aceleración del ritmo cardíaco, la sudoración o incluso la hiperventilación. Cuando estamos nerviosos podemos experimentar mucho de estas manifestaciones fisiológicas.

Reacción conductual

En cuanto a la respuesta conductual tenemos que se relaciona con una expresión que se asocia con el lenguaje corporal. Por ejemplo, las personas suelen experimentar acciones como sonrojarse o sentir el aumento del ritmo cardíaco.

Por su parte, las normas conductuales también tienen una participación relevante. La cultura asiática por ejemplo, tiende a actuar con más diplomacia ante ciertas circunstancias, mientras en otras etnias la expresión puede ser más fluida. 

Por supuesto, la comunicación no verbal como el ceño fruncido o incluso el llanto pueden ayudar a demostrar la emoción que se está viviendo en un momento determinado.  

¿Cuáles son los tipos de emociones?

Las emociones se clasifican en dos grupos principales; emociones innatas o primarias y un grupo de emociones secundarias o sociales.

Emociones primarias o innatas

Se consideran así porque están presentes desde el nacimiento y se integran dentro de los mecanismos de adaptación, no atienden solo a diferencias culturales, sino que son innatas. 

La alegría es una de estas emociones, se caracteriza por permitir experimentar una sensación de bienestar o satisfacción. A menudo es la respuesta ante situaciones que son de nuestro agrado. 

En el caso del asco, tenemos que es una reacción de desagrado que podemos experimentar hacia algo que nos resulta repugnante, así que es común actuar en señal de rechazo, en algunos casos se asocia con la supervivencia.

También podemos experimentar miedo que se asocia con la aprensión ante la presencia de un posible peligro (en ocasiones imaginario), esto permite sentir angustia e incertidumbre. 

En el caso de la ira suele traer consigo el enfado actúa en función de un componente adaptativo, también aparecen reacciones como la taquicardia, hiperventilación o incluso la tensión muscular.

Otra emoción innata muy común es la tristeza, la cual se relaciona con la desdicha y produce una sensación de añoranza. Algunas reacciones son sentir un nudo en la garganta, ganas de llorar y conduce muchas veces a buscar estar solos.

Emociones sociales o secundarias

Su principal característica es que surgen a posteriori de las emociones innatas, muchas veces son el resultado de la socialización. 

Acá resaltan emociones como la culpa, celos, orgullo, placer o incluso la vergüenza. Esta última se suele asociar con una sensación de que actuaste de forma inadecuada lo que te lleva a pensar que otros criticarán tus acciones y recibirás rechazo.

Funciones de las emociones en el ser humano

Ahora que sabemos qué son y cuáles son las emociones, es importante entender sus funciones. 

Tiene una función principal adaptativa, la cual sugiere que cada emoción tiene consigo una utilidad que ayuda a que el ser humano pueda actuar en función de lo que le rodea, atendiendo a las demandas del entorno. 

Por otro lado, las emociones tienen una función social en donde acá lo más importante es atenuar la comunicación no verbal, en algunos casos de forma inconsciente, lo cual ayuda a que otros puedan intuir el estado de ánimo de una persona.

¿Cómo gestionar las emociones de manera asertiva? 

Es importante que logres identificar tus señales emocionales, para esto reflexiona sobre cómo te sientes y qué causa esta reacción.

Por otro lado, es ideal que identifiques en qué parte de tu cuerpo experimentas esa emoción, puede que sea en tu estómago, pecho o cualquier otra zona.

Ahora, es adecuado que asignes un nombre a tus emociones, lo mejor es clasificarlas según la intensidad. 

Aunque puede que te cueste trabajo, no juzgues tus emociones porque la aceptación te ayudará a entender mejor cómo te sientes. 

Finalmente, acudir con un psicólogo clínico en Chile o en tu país te ayudará a mejorar la gestión emocional si sientes que te está costando trabajo hacer esto por tu cuenta.

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