La gastritis por estrés es una inflamación del revestimiento del estómago que no siempre se debe a una bacteria o una mala alimentación. En muchos casos, el origen es emocional.
Las preocupaciones constantes, el exceso de responsabilidades, la ansiedad o incluso emociones reprimidas pueden alterar el sistema digestivo y generar síntomas físicos reales.
Si sentís ardor, dolor en la boca del estómago, hinchazón o náuseas en momentos de tensión o nerviosismo, es posible que estés atravesando una gastritis relacionada al estrés.
👉 Si estás atravesando malestares físicos vinculados a lo emocional, en Tu Terapia podés encontrar acompañamiento. Ver psicólogos disponibles.
El sistema digestivo y el sistema nervioso están profundamente conectados. Cuando estás bajo estrés constante, el cuerpo produce más ácido gástrico y altera el ritmo natural de la digestión.
Además, el cortisol (hormona del estrés) genera inflamación y debilita las defensas del estómago, haciéndolo más sensible a los alimentos, al ácido y a otros factores irritantes.
Esto puede derivar en síntomas como:
- Ardor o dolor estomacal.
- Sensación de pesadez o indigestión frecuente.
- Náuseas o pérdida del apetito.
- Reflujo o gases.
- Muchas personas viven con estos malestares creyendo que se deben solo a lo que comen, pero en realidad hay una causa emocional de fondo que necesita ser atendida.
El cuerpo no se queja sin motivo. Cuando aparecen síntomas como la gastritis, es importante preguntarse qué está queriendo comunicar. ¿Estás sosteniendo más de lo que podés? ¿Estás atravesando un duelo, un conflicto o una preocupación persistente?
Tomar antiácidos puede aliviar momentáneamente, pero si no abordás la causa emocional, el síntoma va a volver una y otra vez.
Empezá por observar:
¿Cuándo se intensifican los síntomas?
¿Con qué situaciones se relacionan?
¿Qué emociones estás sintiendo cuando aparecen?
👉 Si sentís que tu cuerpo está somatizando lo que no decís, podés empezar a trabajarlo en terapia. Ver psicólogos disponibles.
El estrés sostenido no se resuelve con una siesta de 15 minutos. Requiere espacios de descanso reales, donde puedas bajar el ritmo y reconectar con tu cuerpo.
Muchas veces, la gastritis aparece en personas que no se permiten parar, que sienten culpa al descansar o que viven en alerta constante.
No se trata solo de “relajarse”, sino de crear hábitos que ayuden a desactivar el sistema nervioso:
- Caminatas sin celular.
- Respiración consciente.
- Alimentación tranquila, sin pantallas ni apuro.
- Rutinas suaves antes de dormir.
- Cuidar tu digestión también es cuidar cómo vivís el día a día.
Reprimir emociones, hacer como si nada pasara o intentar sostener todo solo/a puede ser una de las principales causas del estrés que se somatiza.
A veces, hablar con alguien de confianza o con un terapeuta es el primer paso para aflojar esa tensión interna que se está manifestando en el cuerpo.
La gastritis por estrés no se cura solo con dieta: se alivia cuando también liberás lo que te pesa emocionalmente. Muchas personas empiezan a mejorar cuando pueden poner en palabras lo que llevan guardado hace tiempo.
👉 Si sentís que estás cargando más de lo que podés, pedí ayuda. En Tu Terapia podés encontrar especialistas que te acompañen. Ver psicólogos disponibles.
Escuchar al cuerpo también es un acto de salud mental
La gastritis por estrés es una invitación del cuerpo a que te detengas, te escuches y te cuides de forma integral.
No sos solo tus síntomas: sos una persona atravesando algo que necesita ser atendido con empatía y profundidad.
En Tu Terapia podés trabajar tanto lo físico como lo emocional desde una mirada integradora. Empezá hoy mismo a cuidar tu bienestar emocional. Ver psicólogos disponibles.