Desde hace cientos de años el comportamiento humano ha sido estudiado, teniendo especial énfasis en la valoración de las acciones buenas y malas, y los valores morales que se aprenden desde la infancia forman parte clave de esto.
Dependiendo del entorno y del círculo primario, es decir, de la familia, encontraremos variadas normas morales. Lo clave de estas normas es que rigen el comportamiento de las personas.
Es por esto que nos encontramos con una gran variedad de modos de reaccionar ante diversas situaciones o estímulos, pues no todos han condicionado su comportamiento bajo las mismas normas morales.
Otro aspecto importante es la relevancia que se le dan a estos valores, algo que va a depender de las características familiares, de la región e incluso de la cultura y de la religión.
A lo largo de este post vamos a indicarte cuáles son los valores morales clave para fomentar el crecimiento personal, y que te serán de utilidad para actuar de forma oportuna ante diversas situaciones.
Los valores morales se pueden presentar en mayor o menor medida en una persona, y forma parte de su personalidad. Por lo general, se establecen dependiendo de las experiencias de vida y del estilo de crianza.
Podemos definir a los valores morales desde la psicología como un conjunto de normas, directrices o principios por los cuales una persona rige su comportamiento en función de aquello que se espera o que es bueno.
Dichas normativas se aprenden en función de lo transmitido por la sociedad, es por esto que vemos un comportamiento distinto en las diferentes etnias. Por ejemplo, los japoneses son más metódicos en la socialización, mientras que los latinos pueden ser más espontáneos o efusivos.
Entender cuáles son los valores por los cuales una persona rige su toma de decisiones, es algo clave. Por ejemplo, para algunos la libertad es algo innegociable mientras que para otros la honestidad está por encima de todo.
Te invitamos a reflexionar, ¿Qué valores hay presentes con más énfasis en tu vida? ¿Quizás la gratitud, la empatía o la solidaridad? Pensar en ello es muy interesante.
Definitivamente la espiritualidad puede tener una gran relación con los valores, aunque en este caso ya pasan a ser “valores espirituales”. Se trata de principios que están basados principalmente en la fe y en la creencia de elementos más allá de lo tangible.
La espiritualidad no es lo único que puede asociarse con los valores morales, sino también la ética. Dentro de este contexto lo apreciamos mucho en el ámbito profesional, en donde los patrones de conducta atienden al establecimiento de lo bueno y lo malo.
La realidad es que los seres humanos siempre estamos en búsqueda de algo, y es por esto que se promueve tanto el crecimiento personal. Lo interesante de esto es que también se asocia con la búsqueda del bien moral.
Por lo tanto, es clásico que en este proceso se destine tiempo para adoptar patrones de comportamientos que permitan ser vistos como un individuo óptimo para la sociedad (aunque esto va a variar de acuerdo al entorno).
Entonces, ¿Qué relación tienen los valores y creencias morales para nuestro crecimiento personal? Se asocia con el hecho de que al actuar de una forma más acorde a lo esperado, haciendo uso de buenas costumbres podemos servir más a la sociedad, y si esto es importante en nuestro sistema de creencias, conducirá a la satisfacción personal.
En cambio, vivir fomentando antivalores lejos de beneficiar, puede derivar en adoptar conductas autodañinas. Y esto no ayudará a tener una buena participación social, sino que puede terminar aislando o percibiendo rechazo.
A continuación, verás una lista con valores morales muy relevantes para cuando se busca alcanzar un crecimiento personal constante.
Se relaciona principalmente con la constancia, es aquello que nos impulsa a mantener esfuerzos en pro de alcanzar alguna meta propuesta.
Y cuando gozamos de una gran perseverancia por más complicado que se muestre el camino, se logrará mantener el enfoque para seguir adelante.
La solidaridad se asocia con la empatía, pero más allá de ponernos en el lugar del otro, somos capaces de emprender acciones para asistir a los demás.
A menudo, esto no se hace con la intención de recibir algo material a cambio, sino que la satisfacción proviene del mero hecho de ayudar.
La libertad está intrínsecamente relacionada con la voluntad, es la capacidad que tenemos de pensar con nuestro propio criterio, siendo guiados por nuestra conciencia.
Por supuesto, va más allá del pensamiento sino que también se asocia con nuestros modos de actuar. Algo clave de actuar con libertad es no dañar a los otros en el proceso.
Todos los seres humanos experimentamos amor de una u otra forma. Podemos definir este sentimiento como un conjunto de expresiones condicionado por nuestros afectos.
Por supuesto, el amor también se asocia con el propio afecto personal. Tiene una gran relevancia de cara a varios aspectos, permite motivar y fomenta la convivencia.
Dentro de los valores morales que nos permiten tener una mejor capacidad de socialización, el respeto es indispensable.
Permite el reconocimiento de las cualidades, puntos de vista e incluso derechos que tienen los demás. El respeto también puede ir dirigido a nosotros mismos, respetando nuestro criterio.
Para la psicología positiva la gratitud es un valor moral que podemos cultivar y mejorar en pro de alcanzar nuestro bienestar.
Se relaciona con la capacidad de reconocer y valorar aquellas situaciones positivas que llegan a nuestra vida. Aunque va más allá, incluso lo “malo” que pasa se puede agradecer porque deja enseñanzas.
Se relaciona con la sinceridad, la cual podemos reflejar hacia nosotros mismos o hacia los demás. Se asocia con un valor ético y moral importante, ya que nos permite vivir con más integridad.
Se relaciona con la capacidad de identificarse ya sea con sentimientos o con una situación en particular que esté viviendo alguna persona, esto nos ayuda a ser más conscientes de nuestro alrededor.