Los problemas de comportamiento suelen ser de los primeros motivos por los cuales los padres deciden buscar una orientación psicológica.
Es por esto que hoy vamos a analizar qué hacer ante conductas disruptivas en niños.
En psicología, cuando nos referimos a las conductas disruptivas, nos relacionamos a aquellas manifestaciones de desobediencia, incumplimiento de las normas o falta de aceptación de límites.
Si bien los niños son más emocionales en sus primeros años de vida y tienden a comunicar su malestar a través del llanto o pataletas, las conductas disruptivas enmarcadas a los trastornos de la conducta, se presentan con gran frecuencia.
Y esto hace que la situación genere un alto grado de malestar para el niño y para las personas cercanas de su entorno. Por ejemplo, los padres o maestros del niño que presente dichas conductas.
Descubre qué hacer ante conductas disruptivas en niños desde una perspectiva psicológica. Y recuerda que nuestros psicólogos expertos en terapia cognitiva conductual están cualificados para enmarcar un abordaje terapéutico ante este tipo de situaciones.
Antes de valorar qué hacer ante conductas disruptivas es importante entender cómo se presentan.
Si bien, cada caso puede mostrar sus diferencias dependiendo de la etapa evolutiva, algunas acciones son clásicas.
Pero, ¿Por qué aparecen las conductas disruptivas? Distintos estudios apuntan a que existen dificultades para establecer distinciones entre lo que es correcto y lo que no.
Además, estas conductas negativas pueden atenuarse cuando el niño quiere inconsciente o conscientemente reconocer los límites que puede alcanzar en su comportamiento.
Es por esto que varias estrategias de intervención en conductas disruptivas, deben ser reforzadas en casa. Ya que, los padres deben mantener equilibrio y firmeza en el establecimiento de los límites.
Por otro lado, algunas conductas disruptivas vienen asociadas a la presencia de trastornos como el síndrome de asperger, en donde hay una dificultad leve, moderada o severa para el desempeño de las habilidades sociales.
Mientras que, otros trastornos como el TDHA también pueden mostrar conductas complicadas, esto a causa principalmente de la tendencia a la impulsividad.
1. Enfadarse constantemente.
2. Actitud vengativa.
3. Golpear o empujar.
4. Negarse a cumplir con lo que es ordenado.
5. Interrumpir constantemente a la otra persona.
6. Mostrar una actitud pasivo-agresiva.
Si has notado que tu hijo o hija manifiesta algunos de los ejemplos que destacamos sobre conductas disruptivas.
Y que además, esto se presenta con frecuencia y en gran intensidad, es conveniente que acudas al psicólogo en busca de una mejor exploración.
Pues, en algunos casos estas manifestaciones permiten comprobar la existencia de algún trastorno de la conducta.
De darse este diagnóstico, el psicólogo está en la capacidad de instruir a los padres para saber qué hacer ante conductas disruptivas, principalmente a partir de técnicas operantes.
Las siguientes son algunas actividades para trabajar conductas disruptivas en niños, así como aspectos o áreas que conviene estimular.
Para lograr una mejor relación con los niños, es importante mejorar las estrategias de comunicación.
Es muy fácil perder la paciencia en presencia de conductas desafiantes, pero caer en el mismo terreno del infante, lejos de solucionar, impide conseguir mejoras.
Es importante promover la comunicación con conciencia, determinar las palabras idóneas para comunicar algo, sobre todo si es en base a establecer normas. También conviene estar en disposición genuina para escuchar.
Cuando nos detenemos a escuchar podemos reconocer los detonantes que dan paso a una conducta disruptiva.
Por ejemplo, algunos niños expresan su malestar ante ciertas situaciones actuando de forma desproporcionada y esto viene dado por una inconsciencia sobre lo que está mal. En algunos casos también se relaciona con falta de madurez.
Al entender esto, logramos definir las posibles causas y sobre este ejemplo podemos ayudarles a entender las consecuencias de sus actos.
Entender qué hay detrás de una conducta nos dota de lo necesario para saber qué recursos pueden sernos de utilidad.
Para poder establecer límites hay que valerse de la comunicación, pues es necesario que el niño comprenda lo que ha hecho mal, o que su conducta no ha sido adecuada.
Y también hay que hacerles entender, que este tipo de actitudes traen consigo consecuencias.
Por ejemplo, se le puede retirar algún elemento que sea de su gusto durante algún tiempo como un estilo de castigo.
Siguiendo con esta idea, hay que establecer que podrá recuperar el objeto que ha sido retirado solo a partir de cumplir con buenas conductas.
Detrás de una conducta disruptiva, suele existir un componente emocional, por ejemplo frustración o incluso miedo.
Es por esto que, resulta importante aprender a gestionar las emociones, lo cual puede ayudar a reducir las tendencias impulsivas.
Técnicas como el Mindfulness o ejercicios de respiración incluso son aplicadas en pacientes con TDHA.
Por supuesto, estas técnicas también ayudan a reducir los comportamientos disruptivos. Y cuando se aplican a largo plazo, es posible que se establezcan como hábitos y esto trae consigo otra serie de beneficios.
Si te preguntas, qué hacer ante conductas disruptivas en niños debes saber que hay varios recursos psicológicos que pueden ser replicados en casa. Por ejemplo, las técnicas de refuerzo positivo.
Estas técnicas consisten en validar o reconocer las conductas adecuadas y otorgarles un valor. De esta forma, los niños percibirán un refuerzo algo que les hará conectarse más con ese tipo de actitudes.
La técnica del volcán permite hacer uso de los recursos imaginativos de los niños, así que es una buena opción en niños un poco más grandes, al menos desde los 6 años.
Asimismo, es una estrategia que fomenta el autocontrol pues lleva al niño a reconocer sus señales de enfado, para lograr detenerse a tiempo.
Se debe incentivar al niño para que imagine que hay un volcán en su interior y que cuando se frustra o enoja, el volcán puede explotar.
Además, hay que explicar al niño que debe trabajar en evitar que su volcán interior se descontrole, pero explicándole que las personas tenemos emociones que pueden ser difíciles de controlar, pero que con esfuerzo se puede lograr.